El espacio geográfico desempeñó un papel crucial en el surgimiento de la civilización romana por varias razones:Su ubicación central en Italia y en el Mediterráneo, que favoreció el comercio y la expansión.El río Tíber, que proporcionó agua y una ruta de transporte.Las tierras fértiles que permitieron la agricultura y el sustento de la población.Las defensas naturales como las montañas, que protegieron a la ciudad.La diversidad cultural de la región, que permitió la absorción de influencias externas.Básicamente, la geografía le dio a Roma las condiciones perfectas para crecer, comerciar y defenderse, lo que fue clave para convertirse en una gran civilización.