Respuesta:Explicación:La sala estaba en silencio. Solo se oía el tictac del reloj en la pared y la respiración pesada del inspector. Todos los presentes miraban a Julián, que seguía con los brazos cruzados y la cara seria, pero se notaba nervioso.—Entonces… —dijo el inspector, dando un paso al frente— si tú no estuviste en la bodega, ¿cómo explicas que alguien estornudó justo cuando se rompió el jarrón, y tú eres el único que anda resfriado?Julián frunció el ceño y se rió con nervios.—¿Un estornudo? Esa no es una prueba para culparme —dijo, haciendo un gesto exagerado con las manos—. ¡Medio salón está estornudando desde que empezó el otoño!—Sí, pero tú también tienes las manos llenas de pegamento… —añadió Marta, cruzando los brazos.Julián miró sus dedos, luego al suelo, y murmuró:—Eso no prueba nada…—¿Seguro? —dijo el inspector, alzando una ceja.Julián tragó saliva. El silencio volvió. Esta vez más tenso.