Respuesta:En ese tramo de la novela, Griselda es sometida a una situación brutal e inhumana. Es reclutada para trabajar en condiciones de servidumbre dentro de la explotación cauchera y vive un infierno diario: jornadas interminables, maltrato físico y psicológico, y aislamiento total. Su entorno y su cuerpo sufren estragos, se le niega cualquier libertad, y su ánimo queda casi destruido. La figura de la Madonna, mencionada como símbolo de protección divina o esperanza espiritual, aparece brevemente como un eco de religiosidad que apenas logra consolarla en medio de tanto sufrimiento. La narración detalla su estado emocional, su desesperanza, la degradación física y la ilusión rota, mostrando cómo una persona con una identidad y dignidad preexistente puede ser transformada en objeto de explotación sin más consuelo que su fe debilitada.