El teocentrismo en la filosofía medieval fue la idea de que Dios era el centro de todo conocimiento y la explicación última de la realidad. Se desarrolló con la expansión de las religiones monoteístas (cristianismo, islam y judaísmo) y buscaba entender a Dios no solo desde la fe, sino también desde la razón, usando la lógica y la metafísica.San Agustín de Hipona (354–430):Defendió que la verdadera satisfacción solo se encuentra en Dios.En Confesiones expresó su experiencia de búsqueda espiritual: lo exterior no llenaba, solo Dios era plenitud.En La Ciudad de Dios explicó que el mal no es una fuerza propia, sino ausencia de bien, y aparece cuando el hombre se aleja de Dios.Santo Tomás de Aquino (1221–1274):Integró la filosofía de Aristóteles con la fe cristiana.Defendió que la fe y la razón no se oponen, sino que se complementan.Dio bases para armonizar la teología con el pensamiento lógico y filosófico.En conclusión, el teocentrismo medieval colocaba a Dios como origen, sentido y fin de toda la realidad, siendo el fundamento tanto de la vida espiritual como del pensamiento filosófico y científico.