Respuesta:El juego como derecho y pilar del desarrollo integral en la primera infanciaEl juego es mucho más que una actividad recreativa: constituye un derecho fundamental reconocido por la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) y un medio esencial para el desarrollo integral de niñas y niños. A través de él, la infancia explora el mundo, comprende las reglas de convivencia y construye su identidad. Jugar favorece el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional, permitiendo que los pequeños ejerciten la imaginación, fortalezcan su autoestima y aprendan a resolver problemas de manera creativa.Para que el juego cumpla su función como herramienta de desarrollo y expresión, es indispensable que se garantice su carácter inclusivo y accesible. Esto implica crear entornos seguros, libres de discriminación y adaptados a las particularidades físicas, cognitivas, lingüísticas y culturales de cada niña y niño. Estrategias como el uso de materiales diversos, la eliminación de barreras arquitectónicas, la formación docente en inclusión y la participación activa de las familias resultan clave para que ningún niño quede excluido de la experiencia lúdica.La participación infantil en el juego no solo fomenta la creatividad, sino que fortalece la capacidad de expresarse y tomar decisiones. Cuando las niñas y los niños eligen a qué jugar, cómo organizar las reglas o cómo resolver conflictos en un grupo, ejercen su derecho a opinar y a que sus ideas sean valoradas. Este proceso les ayuda a adquirir confianza en sí mismos y a comprender que sus acciones pueden influir en su entorno.En este sentido, el rol de los adultos es crucial. Padres, madres, cuidadores y docentes deben asumir el juego como un espacio legítimo de aprendizaje y bienestar, no como una pérdida de tiempo. Su responsabilidad es brindar materiales, tiempo y acompañamiento afectivo, respetando la autonomía y la creatividad de los pequeños. Al hacerlo, promueven una vida feliz, basada en el respeto, la libertad de expresión y la creación de ideas.Finalmente, la educación inicial tiene el reto de integrar el juego como parte central del currículo, respetando y celebrando la diversidad cultural. Esto implica incluir juegos, canciones, historias y materiales que reflejen las distintas identidades y tradiciones de las niñas y los niños, fomentando así el reconocimiento de sus raíces y el respeto por las de los demás. De esta manera, el juego no solo es un medio para aprender, sino también una vía para construir una sociedad más justa, inclusiva y consciente de su diversidad.BibliografíaAsamblea General de las Naciones Unidas. (1989). Convención sobre los Derechos del Niño. ONU.UNICEF. (2018). El juego como derecho y herramienta de aprendizaje en la infancia. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.Ministerio de Educación de Colombia. (2014). Orientaciones pedagógicas para la educación inicial. MEN.UNESCO. (2010). La importancia del juego en la educación infantil. París: UNESCO.