Respuesta:En los pueblos neolíticos, la práctica de enterrar a los muertos con ajuares funerarios (objetos personales, herramientas, joyas o alimentos) era una costumbre profundamente arraigada que nos permite entender sus creencias y a su estructura social. Las razones principales para esta costumbre eran:1. Creencia en una vida después de la muerteEsta es la razón más fundamental. Los pueblos del Neolítico creían que la muerte no era el final de la existencia, sino el inicio de un viaje hacia otro mundo o una nueva forma de vida. Los ajuares funerarios se consideraban elementos necesarios para este viaje o para el sustento en el más allá. Por ejemplo, las vasijas con comida y bebida, las herramientas de piedra pulida o las armas les serían útiles en su nueva existencia.2. Expresión de estatus social y jerarquíaLa cantidad y el valor de los objetos enterrados con una persona reflejaban su estatus y su importancia dentro de la comunidad. Un ajuar rico y abundante, con objetos de materiales raros o de gran valor, indicaba que la persona había tenido un alto rango, riqueza o poder en vida. Esta práctica servía para reafirmar las diferencias sociales y honrar el legado del difunto.3. Vínculo con el mundo de los vivosEl acto de enterrar objetos también era una forma de mantener un vínculo simbólico entre los vivos y los muertos. Los ajuares podían representar la identidad del difunto, su rol social (por ejemplo, un artesano enterrado con sus herramientas) o el amor y el respeto de la comunidad hacia él. Era una manera de enviar a la persona a la siguiente vida con una parte de su identidad y de la conexión que tenía con su pueblo.En resumen, los ajuares funerarios no eran solo un ritual; eran una manifestación de la cosmovisión neolítica, en la que la muerte era vista como un tránsito, y en la que el estatus, la identidad y la memoria de una persona eran tan importantes que debían trascender incluso la muerte física.