Respuesta:Este texto presenta una poderosa metáfora sobre la mortalidad y la importancia social que le damos a nuestra propia existencia. La imagen de la sombra de un árbol que se desvanece es una forma poética de hablar de la enfermedad, el envejecimiento o la muerte inminente.La reflexión central gira en torno a cómo reaccionamos, tanto nosotros como los demás, ante esta inevitable desaparición. La sombra, que protege del sol abrazador, representa el papel que desempeñamos en la vida de otros. Cuando esta sombra empieza a debilitarse, el protagonista se pregunta cómo seguirán viviendo los demás sin esa protección. Sin embargo, el texto rápidamente señala una realidad más dura: la incomodidad y el pragmatismo que genera en los demás. La gente no se entristece, sino que se incomoda, y su preocupación es egoísta, interesada solo en la medida en que les afecta personalmente.El texto también aborda la ceguera colectiva ante la muerte. La mayoría de nosotros vemos el "desaparecer" como algo que les sucede a los demás, una molestia que hay que gestionar, pero nunca como una realidad personal. Esta negación persiste hasta que "llega el turno", momento en el que la luz (la cruda realidad) se vuelve disruptiva y muestra la fragilidad de nuestra comprensión habitual de la vida.La revelación de la proyecciónEl punto más profundo del texto es la idea de que somos la proyección y no el objeto que la produce. La sombra es la manifestación de nuestra existencia, lo que los demás ven y lo que dejamos en sus vidas. Si aceptamos que la sombra se desvanece, nos enfrentamos a la incómoda verdad de que somos un reflejo temporal, una proyección de algo más grande y, al final, efímeros. Esta revelación tiene el poder de desestabilizarnos, porque nos obliga a cuestionar nuestra propia solidez y permanencia.El texto nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de nuestra existencia y el papel que desempeñamos. Nos recuerda que todos somos, en cierta medida, árbol, sombra y luz: * Árbol: Nuestra esencia, el ser que somos. * Sombra: El impacto que tenemos en los demás, lo que ofrecemos para protegerlos o sustentarlos. * Luz: La realidad de la vida, que a veces es cruda y nos obliga a enfrentar la verdad de nuestra propia fragilidad.En última instancia, el texto nos confronta con la paradoja de que nuestra propia desaparición no es un evento individual, sino un fenómeno social que revela la superficialidad de las conexiones humanas y nuestra propia negación ante la mortalidad.