El principio jerárquico básicamente dice que en una organización siempre hay un “quién manda a quién” bien definido.O sea, hay un orden claro: cada persona sabe quién es su jefe y a quién debe darle cuentas, y así la autoridad va bajando desde la dirección hasta el último nivel.Es como una escalera: uno recibe instrucciones de arriba y, si tiene gente a cargo, se las pasa hacia abajo. Eso evita el típico “no sabía a quién hacerle caso” y mantiene el trabajo organizado.