En la teoría del Big Bang, no se habla de un átomo en particular como “el átomo del Big Bang”, pero sí se utiliza una expresión muy conocida: el átomo primitivo o huevo cósmico. Ese término fue propuesto por Georges Lemaître, el sacerdote y físico belga que en 1931 sugirió que el universo se originó a partir de un estado inicial extremadamente denso y caliente, como un “átomo primitivo” que explotó y dio lugar a la expansión cósmica.