Respuesta:Una tarde tranquila, Clara salió al jardín y observó cómo el sol lentamente descendía. El cielo brillaba con tonos dorados que suavemente iluminaban las flores. Clara caminó alegremente por el sendero y escuchó el canto de los pájaros que revoloteaban cerca. Ella pensó que aquel instante debía guardarlo para siempre, así que sonrió felizmente y decidió escribirlo en su diario. Mientras escribía, cuidadosamente plasmaba cada detalle, convencida de que siempre hallaría belleza en lo simple. Esa tarde claramente quedó grabada como un recuerdo especial, un regalo que la naturaleza ofrecía generosa y eternamente.Explicación: