AUG EL SILBO DEL 28 DIABLO Cierta ocasión allá en Bonce adentro del cantón Santa Ana había un incrédulo, de nombre Tomás, que lle gustaba que le hablaran de nada de lo que eran apariciones de muertos o del diablo Esta persona no creía ni tenía miedo a nada. A sabiendas de todo esto sus hermanos y amigos le hacían juegos, para ver si era cierto que nada lo asustabaquiero Necesito un planteamiento no y desenlace de este texto