El Cuy, o curí, o aca, o acurito, o preya, o ratón sin cola, o conejillo de Indias... cubría una extensa zona del mapa de América. Cuando Jiménez de Quesada y los conquistadores llegaron a Teusaquillo en la sabana de Bogotá, sus huestes acamparon allí dos años y diariamente degollaban cincuenta venados y quinientos curíes. El curí se reproduce con profusión, y se ha extendido la creencia entre las mujeres de ciertas regiones que comiendo su carne aumentan su fecundidad, y por eso lo esquivan. El