Respuesta:Explicación:n general creada por IAAquí hay un monólogo final que combina los consejos de "La vuelta de Martín Fierro" con temas actuales de derecho y economía, mostrando la vigencia de la sabiduría gaucha en el mundo moderno. El Monólogo del Ciudadano:(Con una voz curtida, pero serena, frente a una pantalla que muestra gráficos económicos y noticias)"¡Qué tiempos aquellos! Me cuentan las historias viejas, las que mi abuelo escuchó de los que escucharon al gaucho, y parece que todo cambia, pero al final... ¿en qué nos diferenciamos? En el campo, el consejo era claro: 'La esperanza no la cifren en corazón alguno, pero en el hombre bueno, en uno solo, con precaución, y más aún, en Dios'. Hoy lo veo en el derecho, ¿quién nos va a proteger? Los mercados son como el viento; vienen, se van, y nos arrastran. Es la libertad, sí, pero una libertad que a menudo se transforma en jaula. Los gobiernos cambian, las leyes se ajustan a la moda. Dicen que es por el 'progreso'. Pero, ¿qué progreso es el que deja al pobre más pobre y al rico, más poderoso? El consejo de don José Hernández, claro, claro, que lo era: 'No dejen al pobre meterse con el que es rico, que le quitarán el pan de la boca y el sustento de su hijo'. Y eso es lo que veo ahora. Las grandes corporaciones, con sus lobbies, sus influencias. Un sistema legal que a veces parece diseñado para que el poderoso gane, y el débil, tenga que jurar en un juzgado que nunca será escuchado. La economía globalizada, esa que dicen que nos une, a mí me parece que solo amplía la brecha, y pone nuestra independencia en manos de intereses que no entendemos del todo. Pero, ojo, no todo está perdido. El gaucho sabía que la astucia y la prudencia eran necesarias. 'Al que es ventajero, el alma hay que mirarle el pie', y eso es el derecho societario, es la economía de la doble cara. Hay que tener cuidado, leer el contrato, mirar la letra chica de las promesas de campaña, de las nuevas inversiones. Porque, al final, la vida es una lucha, como cantaba Fierro. Y el otro consejo, tan vital: 'El que oye y no es el que canta, ya sabe poco'. No podemos ser espectadores pasivos de nuestro propio futuro. Debemos entender las leyes que nos rigen, comprender cómo funcionan los mercados, cómo se manejan los fondos. Porque la falta de conocimiento, amigos, es la más grande injusticia que podemos cometer contra nosotros mismos y contra los nuestros. En estos tiempos de inteligencia artificial y redes sociales, donde la información nos bombardea sin descanso, debemos aplicar esa vieja sabiduría. Analizarla con cautela, discernir lo que es verdad de lo que es artificio. No fiarse de las palabras bonitas de los políticos o los economistas que vienen con discursos vacíos. Hay que 'hacer de cuenta que el lobo va a la oveja, y a la oveja la guarda el perro' . El perro, en nuestro tiempo, es la razón, es la información bien filtrada, es la voz crítica de la sociedad.Y en la familia, el consejo es el mismo que el del poeta: 'El que tiene que hacer, le es difícil de gobernar' . Los tiempos son duros, pero la familia sigue siendo el pilar. Y para eso, hay que ser fuerte, hay que tener principios. El derecho a la propiedad, la economía familiar bien administrada... todo eso es la defensa de nuestro propio espacio en este mundo incierto.Así que, sí, las palabras del gaucho son viejas, pero el eco resuena fuerte en el hoy. La libertad es un tesoro que hay que cuidar, y el derecho, la economía, deben ser herramientas para la justicia, no para el privilegio. Que cada uno de nosotros aplique los consejos de Fierro: 'Con plata y con trabajo, no se asombre a nadie'. Trabaje, sí, pero con inteligencia, con prudencia, y sabiendo dónde poner su confianza, que cada uno en el camino es responsable de sí mismo y de quienes lo siguen